I

La relevancia de esta política queda de manifiesto cuando Sheinbaum, en su campaña, sostenía que le gustaría ser definida como la “presidenta de la prosperidad compartida” (Sheinbaum, 2024a). Igualmente, como presidenta electa afirmó ante la Conferencia Monetaria Internacional que la prosperidad compartida será “el eje central” de su gobierno (Sheinbaum, 2024b).

            El concepto de prosperidad compartida no es novedoso y lo han utilizado diversos organismos financieros internacionales, destacadamente el Banco Mundial, desde hace más de una década. Sheinbaum retoma este término y lo incorpora al proyecto de su próximo gobierno.

            El Banco Mundial sostiene que la prosperidad compartida “contiene dos elementos clave, el crecimiento económico y la equidad y que tratará de impulsar el aumento de los ingresos del 40% más pobre de un país” (Banco Mundial, 2013). Esto no significa reducir la desigualdad mediante la distribución de la riqueza. Al aumentar el ingreso de los pobres, “no estamos sugiriendo que los países redistribuyan un ‘pastel económico’ de cierto tamaño, o les saquen a los ricos para darle a los pobres.” El organismo financiero agrega: “Más bien, estamos diciendo que si un país puede aumentar el tamaño de su pastel y, al mismo tiempo, compartirlo de manera que aumenten los ingresos del 40% de su población más pobre, entonces está avanzando hacia la prosperidad compartida.”

            Un país tiene que multiplicar el tamaño del “pastel económico” y, simultáneamente, compartirlo para que “aumenten los ingresos de la población más pobre”. Ahora bien, en las economías de mercado, son los trabajadores de la tierra, las industrias y los servicios los que con su labor cotidiana acrecientan el tamaño del “pastel económico”. Asimismo, el Banco Mundial no pretende que los ricos distribuyan parte de su riqueza entre los necesitados. En consecuencia, corresponde a los trabajadores generar crecimiento económico, prosperidad, para que este pastel incrementado se comparta y mejore el ingreso de los humildes.

            En suma, se trata de generar mayores excedentes económicos que aumenten el tamaño del “pastel económico”, los cuales se compartirán para aumentar los ingresos de la población más necesitada. ¿De dónde saldrán los excedentes económicos incrementados? Como siempre, se originarán de la explotación del trabajo ajeno, el despojo de los bienes comunes, la especulación financiera y las diversas rentas generadas por el monopolio de actividades y conocimientos. El contenido socioeconómico de la prosperidad compartida es el del capitalismo contemporáneo, aunque se manifieste como un capitalismo samaritano, buena ondita, que comparte con los pobres una porción del “pastel económico” incrementado. Efectivamente, la prosperidad compartida es un nuevo disfraz de la hidra capitalista.

II

Ahora bien, Claudia Sheinbaum se pregunta: “¿Cuál es nuestra visión de prosperidad compartida?” Y responde lo siguiente: “Pues México tiene un gran potencial de desarrollo por varias razones: uno, evidentemente, por la solidez económica, política y social de nuestro país, pero además por el fenómeno de la relocalización de las empresas.” Estas compañías, destacadamente las estadounidenses, generarían “cadenas de valor con las empresas nacionales y que generemos bienestar y sustentabilidad”. (Sheinbaum, 2024c).

            La presidenta electa continúa: “hacer de México un país con prosperidad compartida, que fueron las palabras que usé siempre. No puede haber prosperidad si solamente unos prosperan, tiene que haber prosperidad de todos y todas y particularmente de quienes menos tienen, el desarrollo económico tiene que ser un desarrollo incluyente, con bienestar, no solamente el crecimiento económico o la inversión extranjera directa, sino que tiene que haber desarrollo compartido.”

Empero, en nuestro país, la riqueza, los ingresos y la prosperidad se encuentran monopolizadas por la oligarquía económica y sus grupos empresariales. En efecto, la prosperidad de los ultrarricos registró un crecimiento favorable. Según Forbes México, la fortuna de las diez personas más ricas del país pasó de 121,700 millones de dólares (mdd) en 2018 a 176,800 mdd en 2024, lo que equivale a un crecimiento de 45.2% (Forbes, 2024). De acuerdo con estos resultados, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha sido un “sexenio dorado” para el incremento de la riqueza de los megarricos, a los que les ha ido requetebién, como el propio presidente lo ha manifestado.

Asimismo, los “ultrarricos ocultan más de 200 mil millones de dólares en el extranjero (unos 3 mil 600 millones de millones de pesos), equivalentes al 15 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país” (Editorial, 2024). Los milmillonarios, empresarios que tienen una riqueza que supera los mil millones de dólares, son entre 20 y 30 personas en México. “La concentración de la riqueza en estos individuos es tan salvaje que sólo 14 de ellos son dueños de 8 por ciento del PIB.” Once de estos milmillonarios han sido beneficiados por las privatizaciones de empresas públicas, el despojo de bienes comunes y nacionales, así como por concesiones y permisos. Adicionalmente, en las últimas cuatro décadas, “las fortunas de los ultrarricos crecieron a un ritmo de 7 por ciento anual, mientras en el mismo periodo el conjunto de la economía sólo aumentó 0.5 por ciento al año.”

            De acuerdo con el Banco Mundial, aproximadamente 95% de las 50 empresas privadas más grandes del país están en posesión de las familias más ricas y obtienen ingresos equivalentes a una cuarta parte del PIB. (Villanueva, 2024). Al considerar los activos físicos de las corporaciones, el 93% de estos es propiedad del 10% de ellas, lo que les permite controlar diversos sectores económicos y sus mercados correspondientes (Oxfam, 2024). En el sistema financiero se reproduce el mismo fenómeno: la banca múltiple ha obtenido incrementos reales anuales en sus beneficios netos, descontando el impuesto a la utilidad, de 6% real, equivalentes a 273 mil 314 mil millones de pesos en 2023. El 82% de estos beneficios están “concentrados en sólo siete de los 49 organismos de la banca múltiple” (Rojas, 2024).

            Por otro lado, el 10% más rico de la población obtuvo 57% del total del ingreso nacional y poseía 78.7% de la riqueza del país en 2021. El 1% multimillonario, los ultrarricos, concentró 26.1% del ingreso y acaparó 46.9% de la riqueza. En cambio, el 50% más pobre de la población consiguió 9% del ingreso nacional y tenía -0.2% de la riqueza, es decir, carecía de riqueza y registraba más deudas que activos (Chancel, 2022: 207-208). Lo anterior, convierte a México en uno de los países más desiguales del mundo.

            En el gobierno de AMLO la inversión extranjera directa (IED) registró un crecimiento comparativamente mayor con respecto a sexenios anteriores, colocando a México entre los 10 países que captan mayor inversión foránea. Asimismo, como hace cuatro décadas, la IED se orienta mayoritariamente al sector manufacturero-exportador (automotriz, aeroespacial, dispositivos médicos, etcétera), una manufactura especializada y con alta composición de capital. El nearshoring se acopla a esta tendencia, con sus específicas características tecnológicas y organizativas, así como se desarrolla en una determinada coyuntura geopolítica mundial.

            De acuerdo con la presidenta electa, uno de los factores para aumentar el crecimiento económico y, con ello, la prosperidad es la relocalización de las empresas foráneas. Ahora bien, las manufacturas especializadas que se han establecido en México y aquellas que se relocalicen próximamente buscan aprovechar las diversas ventajas que ofrece el país, entre ellas, la existencia de una mano de obra joven, barata y especializada, lo que les permite explotar la gran mina humana de cientos de miles de trabajadores que laboran en esas transnacionales. En efecto, la mano de obra mexicana es sometida a una sobreexplotación que genera enormes ganancias económicas a las compañías. Ciertamente, los salarios que pagan esas empresas son mayores al promedio nacional y, también, es conveniente tener en cuenta que el salario mínimo registró un incremento de 117% en términos reales, entre 2018 y 2024. No obstante, pese a este aumento, México es el país con el salario mínimo más bajo entre las naciones que integran la OCDE (Orozco, 2024). Asimismo, México se ubicaba en el lugar 50 en la clasificación mundial de los salarios mínimos en 2023, a pesar de que ascendió 31 posiciones desde el sitio 81 en 2020. Similar cambio favorable registró en América Latina, al pasar del lugar 16 al séptimo puesto, con un salario mensual de 321 dólares promedio. No obstante, este aún era inferior al salario en Uruguay (615 dólares), Costa Rica (554), Ecuador (425), Chile (385), Guatemala (384) y Belice (322). (Secretaría del Trabajo y Previsión Social, 2022).

            También, hay que considerar que las corporaciones transnacionales, específicamente las manufactureras-exportadoras, son las que tienen mayor productividad en México, pues operan con tecnología de punta. Entonces, las transnacionales pagan menores salarios a los trabajadores mexicanos, comparativamente con otros países de la OCDE, y tienen una elevada productividad, lo que les permite sobreexplotar a la mano de obra mexicana y obtener ganancias extraordinarias.

El mejoramiento de las condiciones laborales y salariales de los trabajadores no ha afectado el aumento de las fortunas de los megarricos mexicanos ni los acrecentados beneficios de las transnacionales; en consecuencia, se sigue ensanchando la brecha existente entre la riqueza monopolizada por los empresarios, nacionales y foráneos, y la que obtienen los asalariados. Ahora bien, esta situación se busca paliar con la política social y laboral del gobierno. En efecto, el aumento salarial, el reconocimiento de diversos derechos laborales y la política social, entre otras medidas, han favorecido el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. Lo anterior, permitió que se pasará de 51.9 millones de personas pobres en 2018 a 46.8 millones en 2022, saliendo de la pobreza más de cinco millones de individuos. Igualmente, se han reducido la pobreza por ingresos, el índice de desigualdad y la pobreza laboral, aunque aún 46.4 millones de personas están en esta última condición en 2024. Igualmente, todavía permanecen en pobreza 46.8 millones de mexicanos y, de estos, 9.1 millones en pobreza extrema. Del total de la Población Económicamente Activa (PEA), la población en ocupación formal fue de 27.2 millones de personas, 45.6% del total, y en ocupación informal 32.5 millones de personas, 54.4% del total, en mayo de 2024 (Inegi, 2024). Es decir, la mayoría de la PEA no se ve favorecida por las mejoras salariales y laborales. Finalmente, las niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años que realizan trabajo infantil pasaron de 3.3 millones en 2019, 11.4% de esta población, a 3.7 millones en 2022, 13.1% de la niñez, lo que representó un incremento de 1.7% (Inegi, 2023).

Las mejoras salariales permiten que el salario mínimo alcance para adquirir 1.5 canastas básicas, y Sheinbaum propone un incremento nominal de 11% anual que posibilite adquirir 2.5 canastas básicas al final de su sexenio (monto equivalente al que existía en 1976). Este aumento, sin embargo, no afecta la creciente concentración de la riqueza, de los activos y de las utilidades entre los empresarios y los banqueros, nacionales y extranjeros. En consecuencia, estos seguirán monopolizando la mayor parte del “pastel económico” y, con ello, de la prosperidad. Lo que compartirán será un micropedazo del pastel incrementado por el crecimiento económico y que no afectará su enorme riqueza. Y esto no es resultado del maniqueísmo de nadie, es simplemente producto de la dinámica interna de la acumulación capitalista mexicana –una acumulación integrada subordinadamente a las cadenas globales de valor y plusvalor–, así como de un Estado posneoliberal al servicio del sistema capitalista y que representa los intereses generales de la burguesía, lo que no le impide proteger y promover los intereses específicos de la oligarquía empresarial y financiera.

La prosperidad compartida, aunque dice buscar la equidad, no evita el incremento de la riqueza de la oligarquía económica ni procura distribuirla entre los más necesitados. Efectivamente, el ensanchamiento de la brecha entre la riqueza poseída por los ultrarricos y aquella a la que tienen acceso los trabajadores y los pobres deriva del proceso intrínseco de la hidra capitalista mexicana.

III

Los libertarios, como anarquistas que somos, siempre hemos luchado a favor de mejorar las condiciones de vida y la situación laboral de los mexicanos, como lo hicieron nuestros mayores magonistas durante las huelgas de Cananea y Río Blanco (1906-1907) que, entre otras cosas, demandaban mejores salarios y una jornada laboral de 8 horas; pero siempre hemos articulado estas luchas con el propósito de que las fuentes de la riqueza sean apropiadas por los productores, que la tierra esté en manos de los campesinos e indígenas, y las manufacturas y los servicios en manos de los trabajadores. Es decir, que las fuentes de la riqueza sean para todos y para el bienestar de todas y todos los mexicanos. Desde nuestra perspectiva, lo anterior permitiría terminar con la pobreza, no solo disminuirla o paliarla, y hacer que la desigualdad desaparezca. ¿Esto es una utopía? Tal vez, pero si como dicen algunos, la utopía sirve para caminar, entonces seguirá siendo el faro del andar rebelde del pueblo mexicano en su lucha por lograr la libertad económica.

 

Rubén Trejo

Ciudad de México, 17 de julio de 2024

 

Referencias

Banco Mundial (2013), “Prosperidad compartida: Una nueva meta para un mundo cambiante”, 8 de mayo, en https://www.bancomundial.org/es/news/feature/2013/05/08/shared-prosperity-goal-for-changing-world

Chancel, Lucas, et al. (2022), World Inequality Report 2022, en https://lucaschancel.com/en/books/world-inequality-report-2022/

Editorial (2024), “Crecimiento, ¿para quién?”, 6 de julio, La Jornada, México.

Forbes México (2024), “Millonarios mexicanos 2024: un sexenio dorado”, 24 de abril, en https://www.forbes.com.mx/millonarios-mexicanos-2024-un-sexenio-dorado/

Inegi (2024), “Indicadores de ocupación y empleo”, 27 de junio, en https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2024/IOE/IOE2024_06.pdf.

___ Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (2023), 5 de octubre, https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2023/ENTI/ENTI_23.pdf

Orozco, Mariana (2024), “México ocupará el lugar de la OCDE con el salario mínimo más bajo, pese a incremento”, 4 de enero, en https://www.debate.com.mx/economia/Mexico-ocupara-el-lugar-de-la-OCDE-con-el-salario-minimo-mas-bajo-pese-a-incremento-20240104-0092.html

Oxfam (2024), El monopolio de la desigualdad, 23 de enero, en https://www.oxfammexico.org/wp-content/uploads/2024/01/El-monopolio-de-la-desigualdad-Davos-2024-Briefing-Paper.pdf

Rojas Nieto, José Antonio (2024), “Del pensamiento heterodoxo: la cuarta”, 23 de junio, La Jornada, México.

Secretaría del Trabajo y Previsión Social (2022), “En 2023, México superará el promedio de los salarios mínimos en América Latina”, 11 de diciembre, en https://www.gob.mx/stps/prensa/en-2023-mexico-superara-el-promedio-de-los-salarios-minimos-en-america-latina?idiom=es

Sheinbaum, Claudia (2024), Proyecto de Nación 2024-2030, en https://claudiasheinbaumpardo.mx/proyectodenacion

____ (2024a), Café Milenio, 3 de marzo, en https://www.youtube.com/watch?v=oNghc65Mua8

____(2024b), “Reunión Anual de la International Monetary Conference (IMC)”, 9 de julio, en https://claudiasheinbaumpardo.mx/comunicado/845/reunion-anual-de-la-imc

____ (2024c), “Claudia Sheinbaum se reúne con el Consejo Coordinador Empresarial”, 19 de junio, en https://www.youtube.com/live/smW0JGFWGjc

Villanueva, Dora (2024), “BM: en México, la mayor concentración de riqueza en pocas familias”,15 de abril, La Jornada, México.